River ya es único, irrepetible, hermoso pero por sobre todo... El mas grande

¡River es finalista de la Copa Libertadores de América! Una vez más, El Más Grande amargó al eterno rival y disputará el duelo decisivo del certamen, el sábado 23 de noviembre, en el estadio Nacional de Santiago (Chile).

Si bien el arbitraje del brasileño Wilton Sampaio fue un verdadero bochorno, teniendo en cuenta que cobró casi todas las divididas en favor de los de Alfaro, también es cierto que La Banda no fue el equipo que el hincha conoce.

Tal y como era de esperar, Boca iba a salir con los tapones de punta a tratar de descontar la serie durante los primeros minutos. Y River intentó aguantar el comienzo para luego tratar de acomodarse en el campo.

Sin embargo, al equipo de Marcelo Gallardo le costó demasiado hacer pie. No estuvo fino a la hora de tocar y para colmo el árbitro Wilton Sampaio cortó muchísimo el juego. En síntesis: el juez cobró casi todas las divididas en favor de los locales.

Y el conjunto de Gustavo Alfaro lo aprovechó al máximo. Conscientes de que el fuerte de River no está en el juego aéreo, apostaron a tirar centros y a buscar faltas para tratar de abrir la cuenta por ese medio.

Recién entre los 15 y 20 minutos, La Banda logró asociarse bien en equipo y protagonizó algunas llegadas al arco de Esteban Andrada. De todos modos, lo cierto es que lo hizo sin demasiada profundidad.

En la segunda parte, el Mundo River esperaba una muestra completamente diferente a la del primer tiempo. Sin embargo, el nivel del Millonario se fue desmoronando con el correr de los minutos. El mediocampo perdió terreno y el equipo lo sintió mucho.

Tanto Ignacio Fernández como Exequiel Palacios, dos de los generadores de juego en el elenco del Muñeco, tuvieron poca participación. Por un lado porque la pelota no les llegó bien. Y por el otro porque no generaron los espacios.

A los 78 minutos, y tras varios intentos de pelota parada, Boca logró abrir la cuenta: un tiro libre cayó en el área del Millonario y Hurtado la terminó empujando con el arco libre. Esto fue un baldazo de agua fría para La Banda, que por momentos estuvo desconocido.

¿El ataque del Más Grande? No tuvo peso. Ni siquiera cuando Gallardo metió mano en el banco de suplentes. Puso a Lucas Pratto por Rafael Borré y, tras el gol del eterno rival, a Ignacio Scocco en lugar de Matías Suárez, quien casi no apareció en el juego.

Boca continuó apostando por el pelotazo al área de Franco Armani o para Mauro Zárate. Aun así, el arquero de River se mostró firme y respondió bárbaro. Estuvo seguro y evitó que, con muy poco, el eterno rival aumentara la ventaja.